El pasado 15 de Noviembre fui invitada, junto a un selecto grupo de medios y personas ligadas a la gastronomía, al evento Mixtronomy de Flor de Caña. Se realizó en el salón Casa Kuk en vitacura, y su concepto central rondaba en complementar la gastronomía con la mixología.
La velada comenzó con palabras del embajador mundial de la marca, Mauricio Solorzano, y una frase quedó grabada en mi cerebro: "Le hemos dejado el camino fácil al vino y la cerveza para estar presentes en las cenas, y queremos cambiar eso". En un principio su comentario me impacta, e inclusive lo encuentro arriesgado. ¿Cómo hacer convivir el sabor y cuerpo del ron, con una cena? Pero a medida que avanzó la noche, lo comencé a entender. Inclusive me hizo perfecto sentido, y les quiero contar mi experiencia.
La cena estuvo a cargo del reconocido chef Osvaldo Vilas quien junto a Camila Vera, nos llevó por un recorrido de sabores agridulces y bordeando en lo thai, con elementos de mar, frescura y crocancia a la vez. Cada plato, fue acompañado con un maridaje basado en la línea Premium de ron Flor de Caña, con sabores anaranjados y dulces, en perfecta sincronía con la propuesta gastronómica.
Flor de Caña, un Ron con más de 125 años de tradición y enriquecido con tierras volcánicas, es añejado naturalmente en pequeñas barricas de roble selladas con fibras de plátano, lo que lo hacen un ron único con elegantes notas tropicales. Su proceso de añejamiento es llamado “Slow-Aged” ya que no tiene ningún tipo de interrupción, permitiéndole tener un proceso completamente natural.
Una experiencia diferente, donde la marca nicaragüense decide arriesgarse a proponer cocktelería con Flor de Caña para maridar una cena de mantel largo, llevándonos a realzar los sabores y a disfrutar de una velada, sin necesidad de una copa de vino.